top of page

CRISTO HOYOS IMPONE SILENCIO

 

Cristo Hoyos, 1952, es uno de los grandes artistas colombianos (Sahagún, Córdoba) que ha desarrollado de manera continua y consistente una producción artística ligada a sucesos y manifestaciones de realidades sociales y culturales del ámbito Caribe. Son muy conocidas sus series De Cerca (2000-2008) , Uré: pezuña y Bahareque (2003) y Cuadros Vivos (2008-2011) que evidencian preocupaciones por la memoria histórica, inequidades, pluralismos y ritualidades. Hoy expone individualmente por primera vez en la Galería La Escuela de la Universidad del Atlántico.

 

En esta ocasión, presenta en el cubo blanco de la calle 68 de Barranquilla su instalación SILENCIO que se compone de 24 pinturas realizadas al óleo sobre papel Fabriano, material que se trajo de uno de sus viajes a Roma. Esta serie trabajada espaciadamente y con variados procedimientos pictóricos va de 1999 a 2014.

 

Cristo es un artista que metaforiza las crudas realidades de la región Caribe y le toma el pulso a los sentimientos relativos a la angustia ante la muerte, el dolor por la ausencia del ser querido, el atroz golpe de la violencia del poderoso y la impotencia de las víctimas ante la injusticia y la impunidad. Vemos las imágenes como unas coronas fúnebres que se nos presentan cual símbolos del sufrimiento, de la pérdida y del profundo dolor que no cesa.

 

Percibimos la repetición del componente floral, pero también la variación del motivo. Todas se parecen, pero todas son distintas. El artista parte de la misma composición circular de las azucenas y le va dando diversidad a los lazos, los amarres y los colores de las telas.

 

Y en esos elementos de variedad que contrastan con la regularidad del conjunto, parece que Cristo nos quisiera señalar algo, unos signos que nos participan de los hilos que tejen los significados de su propuesta. Distinguimos unas cuerdas, un alambre de púas, un cráneo de buey, unos ganchos oxidados y una soga quizás no de un suicida sino de una victima del conflicto, lo que nos recuerda ese pavoroso conjunto de cuerdas de asesinatos colectivos que se muestra en el Museo del Apartheid en Johannesburgo, Sudáfrica. Hay otros elementos que surgen de la cotidianidad y que nos sitúan en el contexto de las bucólicas, pero a veces violentas sabanas de Córdoba.

 

El artista ruso Ilya Kavakov en alguna ocasión hablaba sobre la instalación como cuarto estadio del arte plástico después de la pintura, mirando a esta como parte de la instalación. En esta exposición de Cristo Hoyos las pinturas desaparecen como piezas individuales, como los cuadros colgados a cierta distancia uno de otro en una exposición convencional, ahora se aglutinan formando una imagen múltiple, pero integrada que establece una presencia material y genera su propio espacio. 

 

La presentación es distinta a lo usual. El conjunto de ofrendas se toma solo la pared más dilatada de la galería creando un espacio sicológico en torno a ella. El resto del espacio de la Galería está sumido en la penumbra, creando una atmósfera de reflexión, una antesala propicia para que se imponga el silencio, ese que viene después del hecho irremediable o aquel que antecede al grito reivindicador de dignidad y justicia.

 

Curaduría: Néstor Martínez Celis

bottom of page